DE CARTAS A MILLER:TAN SOLA

Te devuelvo tus cosas;

El tiempo que perdimos contándonos el día,
Las noches de silencios azarosos y de caricias esquivas,
Las peleas como niños, la acritud, las mentiras,
Aquél viaje que nunca existió.
Las veces que reímos, las que lloramos,
Las que cedimos terreno como quién entrega un tesoro,
Las caídas, las sombras, las tardes de domingo.
Te devuelvo la libertad de elección sin considerarme,

Tu mundo sin mí.
Tómalo, es tuyo.

No me hace falta nada.

Ahora voy al olvido
Ligera de recuerdos

Voy al desamor
Tan sola.

DE CARTAS A MILLER: NO FUE PARA TANTO

Me queda,
un mensaje en el contestador con tu voz,
oscura letanía,
que puedo escuchar una y otra vez.
Un par de e-mails con palabras de amor,
esas mismas, que a día de hoy ya no creo.
Me queda la cama, la lavadora, los platos...
Todo lo insignificante del mundo
para torturarme.
Pero también me quedan
los significados de tus silencios,
los recuerdos ajenos a mi voluntad,
el miedo,
a que esta soledad haya estado siempre donde está ahora
sin que yo me diera cuenta.
Me queda toda esta tristeza.
Me queda la decepción , la certeza de una herida.
Me queda un dolor que es un agujero,
que es una lluvia mínima que me empapa los huesos,
que me diluye lentamente.

Todo lo que te quise
no fue suficiente
para que tú
no me mintieras.
Todo lo que te quiero
no es suficiente
para poder olvidar.

Me queda este amor infinito
que me rompe en dos partes
Me queda este amor miserable,
que al cabo
no fue para tanto.

DE CARTAS A MILLER: BREVIARIO

Ese oscuro silencio

que se ha levantado entre nosotros,

aberrante y valiente como un cuerpo en espasmo,

donde las palabras

dejan el hueco del próximo silencio

inevitablemente.

Y saber,

sin dudarlo,

que a pesar de quererte

soy incapáz de dar más allá de todo lo que he dado.

Conocer la respuesta a tu mirada ausente y saber que he de marcharme,

que no hay remedio para este amor tan grande que tenemos,

que lo hemos rasgado

como una estrella fugáz

rasga

el cielo

una noche.

DE MI MISMA: IDEA VILARIÑO

Se moría Idea Vilariño

un 28 de Abril

mientras tú escribías un sms a otra mujer diciendole: Que te echo de menos…
Yo tendía la ropa en el jardín y miraba las plantas que dejé secar sin miramiento.
En la calle, el mundo, lento, trataba de pararse,
Yo abría la boca para huir de la asfixia,
Abría la boca para tragar tus puntos suspensivos,
la llama de la tarde,
la muerte de todas las cosas que había amado hasta el momento.
No había ningún sonido.
Solo un Sol de Primavera y mis manos blancas oliendo a suavizante,
Solo el desconocimiento, la ceguera, el no saber
Que esa tarde tú pensabas en ella,
Que yo estaba sola en aquél jardín,
que junto a Idea morían las palabras,
la tarde, los adioses, las plantas,
el oxígeno.

DE CARTAS A MILLER: QUIÉN JUEGA CON FUEGO ACABA POR QUEMARSE

Me debato,

entre cerrar mis ojos al sol del mediodía

y creer en tus palabras...

Dejarme ir, entregarme de nuevo por completo, sin resquicios,

o propinarte el golpe verdadero,

la respuesta a todas tus mentiras.

Choco contra toda esta rutina,

Soy aquello que sostiene tus lunes,

pero ahora hay algo dentro de mi que me hace daño

y por más que trato de entenderlo

no entiendo

que tus motivos sean

la falta de tiempo.

Quiero ser ella.

Quiero ser tú.

Ponerme en tu lugar,

soñar con otra cosa.

He conocido a alguien, Miller,

y me debato

entre creer en tus palabras

o dejarte ir.