No soy
ese pedazo de tu piel que arañas
esos labios que muerdes
presuntuoso,
esa sombra que se cuela en tus sueños y susurra.
No soy
lo que creistes que era.
Ese roto de vacio
la lengua de caos que lame los versos que cayeron de tus manos.
No soy
Una niña asustada que no sabe hacer las cosas.
Un trozo de nostalgia,
una patada al recuerdo.
Soy
aquella
que vino a redimirte.
La que te enseñará a nombrar aquello que borraste.
La que camina descalza
sobre tu cuerpo y lo quiebra.
La que dice las palabras
sin eco y sin espejos.
La que ahora se desnuda
Y te ofrece su boca.
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