
Déjame del triángulo el oscuro vértice,
las montañas de huesos desleídos.
Yo quiero entre las piernas el licor más amargo,
la más dura sonrisa,
el más largo silencio.
Los días se derraman sobre este asfalto duro, que es el de lo extraño.
Quiero caer de nuevo en las fauces de la sangre,
en la rima de la noche más profunda.

no ser si no ansia.
Crisálida impura.

Quiero ver como se rompe tu espejo de lujuria,
cómo me parte la cara cada pedazo.
Salpicarte con el pensamiento más triste
y que tú mismo te alejes de mi sombra.
Quiero el mordísco bicéfalo de la pistola caliente,el cansado elixir del muerto joven,
caer al abismo más profundo de mi mente y no despertarme
y no ver el círculo deshecho.
Cuando te acaricie el pensamiento más lascivo la garganta
y sientas en tu codo
mi perfume volverá a los abismos,
y mi cuerpo,
a las sombras,
donde quiero ser la puta más callada.
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