sábado, 11 de octubre de 2008

DE: "CARTAS A MILER"



Estimado Sr. Miller,
Este es el tercer día sin saber de ti. Camino aún con la extrañeza de un niño al que acaban de quitarle la pelota que le habían regalado…No sé si es tanto tu ausencia, como la responsabilidad que has dejado en tu lugar. He pasado de flotar a estrellarme contra mi bendita realidad.
Por momentos te odio…y no entiendo nada. La gente pasa a mi lado sin rozarme, me hablan y no escucho…Me han borrado, soy solo el recorte de mi misma, sin fondo, sin consciencia…
Pienso en tus palabras, son lo único constante, se repiten una y otra vez en mi cerebro:
-Tú también eres una adicta, tú también necesitas hacer este viaje
Tiene razón, Sr. Miller: Yo también soy una adicta. Estoy descubriendo el absoluto desamparo en el que me quedo al tú marcharte…eras mi víctima, el elegido siguiente, el que completaba la lista…eras mi consuelo, como bien decías….y ahora tengo miedo.
Pero hay algo curioso en todo esto: Por primera vez en toda mi vida, el miedo me impulsa hacia el lado contrario al que siempre lo había hecho. Eres más listo que yo, no cabe duda.
Hay momentos en los que enloquezco de manera literal. Veo tu maldito coche en todas partes, te veo a lo lejos como un espejismo…apareces, reapareces para desaparecer una y otra vez…
Te odio, te odio, te odio…me has destronado, me has acorralado con la incertidumbre…me siento vigilada, a veces pienso que en cualquier momento aparecerás de la nada para juzgarme, para decidir el final…y no estaré preparada. Me has lanzado a la arena, entre las fieras, sin opción.
Tengo ganas de sucumbir, tengo ganas de olvidarte, de traicionarte, de reconstruir mi mundo….porque a veces no te creo, porque siento que me has abandonado y no regresaras..

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