martes, 9 de marzo de 2010

DE PIELES PARA VENUS: RULETA RUSA

Resquebraja mi garganta el latigazo rabioso de tu lengua,

que me anuncia el sol.

La piel mojada por la lluvia de la noche,

pegada como un eco al grito impronunciable del silencio.

La sensación onírica y real como un cadáver

de saber, sin desearlo, que no me habitabas,

que sólo eran ausencia contra ausencia,

nuestras vidas perplejas por la sombra de las sábanas.

Que es evidente abrir los sueños,

las pupilas, los ojos a la lluvia,

a los cristales que me rompen en la cara como un mar de sal

que presagia,

que he de salir a la calle y recorrerme buscándote en el fondo de las cosas,

hasta que te encuentre en la piel, en los huesos,

en la sangre silenciosa y verdadera,

una y otra vez.

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