



Has visto la llaga silenciosa,
la brecha encarnada que la habita,
el odio tatuado en los nudillos de un yonki,
la brecha encarnada que la habita,
el odio tatuado en los nudillos de un yonki,
las heridas profundas,
las lágrimas calientes.
Has visto mis pechos como amapolas blancas,
mi sexo abierto,
mi corazón abierto.
Has visto la miseria de las horas,
de las risas por escrito,
los verdes atardeceres sin ozono.
Has visto como muere la gente,
como abren sus braguetas
y follan,
como se embriagan
y escupen,
como lloran.
Me has visto soñar en silencio
con los ojos abiertos de sonámbula.
Has visto el miedo,
el desengaño
en mis pupilas.
Has visto las calles,
la gente que pasa sin ver,
sin vernos.
Me has amado sobre el capó de un coche.
Me has bajado las bragas con los dientes,
yo sonreía,
tú has gritado:
- Estoy vivo.
Has visto la luna en la madrugada
afilada como un pico de deseo.
Has visto el dolor pintándome de rojo los labios,
sumergiendo mi garganta en calor seco,
la rabia en mis medias,
el delirio en mis tacones.
Has visto los cuerpos, rotos como vidrio,
las lenguas sin saliva,
las voces en silencio.
Has visto la inocencia dibujada
en el llanto profundo del culpable,
las guerras en televisión,
los niños aullando como lobos.
las lágrimas calientes.
Has visto mis pechos como amapolas blancas,
mi sexo abierto,
mi corazón abierto.
Has visto la miseria de las horas,
de las risas por escrito,
los verdes atardeceres sin ozono.
Has visto como muere la gente,
como abren sus braguetas
y follan,
como se embriagan
y escupen,
como lloran.
Me has visto soñar en silencio
con los ojos abiertos de sonámbula.
Has visto el miedo,
el desengaño
en mis pupilas.
Has visto las calles,
la gente que pasa sin ver,
sin vernos.
Me has amado sobre el capó de un coche.
Me has bajado las bragas con los dientes,
yo sonreía,
tú has gritado:
- Estoy vivo.
Has visto la luna en la madrugada
afilada como un pico de deseo.
Has visto el dolor pintándome de rojo los labios,
sumergiendo mi garganta en calor seco,
la rabia en mis medias,
el delirio en mis tacones.
Has visto los cuerpos, rotos como vidrio,
las lenguas sin saliva,
las voces en silencio.
Has visto la inocencia dibujada
en el llanto profundo del culpable,
las guerras en televisión,
los niños aullando como lobos.
...Miles de rosas secándose al aire...
Has visto mi sombra entre tus sábanas
deslizándose a los lados como una carpa brillante,
mis dedos hundidos en la sangre,
mi sangre rociando tus sueños,
mi locura inmensa, mi designio extraño.
Me has visto en las cosas,
ajena y gastada,
renovada y viva,
sensual y malvada.
Me has visto asombrada de mí misma.
Me has mirado sin verme,
oculta detrás de los objetos,
de los acontecimientos y del tiempo,
incorruptible y frágil como un recuerdo amargo,
susurrándote al fondo de los párpados
mi amor difícil.
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