DE CARTAS A MILLER: INDECENTE

Tengo una ignominiosa tendencia a la irresponsabilidad.

Reconozco abiertamente
que prefiero andar descalza y ausente para el tiempo
a someterme
a rutinas precisas y oportunas.
Que soy aventurera.
Que provengo de esa raza inprovisatoria y repentina.
Que amo los contrastes,
que me asusta el tedio.

Reconozco que me atrae de forma irresistible aquello que es fugaz
que muta y se renueva.
Que no soporto las verdades a medias, las mentiras soterradas,
las máscaras que no son juego
sino destino, de aquellos que eligen no mostrarse.

Reconozco,
que para algunas cosas soy, un completo desastre,
pero que, sin ninguna duda,
en mi compensan la risa y los deseos.

He de admitir también, que a veces,
soy la presa preferida de los bajos instintos,
de pasiones relevantes y del ego.
Que me gusta bailar,
que adoro a los rebeldes.
Que prefiero un amanecer brillante y puro
A caminos sigilosos y en penumbra.

¿Qué podemos hacer
mi amor de convenciones,
de horarios y legislaturas
si para ti soy tan,
pero que tan políticamente incorrecta?