
Hoy, solo escribo estupideces.
Y te recuerdo,
a pesar de mi esfuerzo en contra.
Te recuerdo.
Tú me regalaste todo esto.
Me regalaste el vértigo,
el corazón relampagueante
Me regalaste este amor que parece prodigioso...
Y hay momentos en los que siento una profunda compasión.
Pienso que soy mucho mas fuerte
y aunque sufro
siempre salgo airosa.
¿Pero que va a ser de ti mi amor?
¿Quien podrá cuidarte y asomarse a ese abismo sin miedo?
Si hubiera una mujer suficientemente osada,
en momentos como estos
yo misma la llevaría hasta ti
de mi mano.
2 comentarios:
eres incluso capaz. Me gustó mucho la idea y el poema.
Un beso
Hola Carlos...Ni tiempo he tenido de contestar...pero me apetecía saludarte.
Ahí te dejo pues un abrazo.
Publicar un comentario