sábado, 15 de mayo de 2010

DE MI MISMA: LLUVIA

El mundo es un laberinto,

pero en Madrid la noche permanece inmovil...es, como si el tiempo no pasara. Las aceras son las mismas y con la humedad de la noche se llenan de reflejos.

No hay nada que se mueva, que mute, que se transforme. 

Pasan los coches y escucho mis tacones.

No se ve la luna,

y yo siento como un nudo que se agarra a mi pecho.

Quiero gritar.

Y tengo clarísimo que no querría haber escrito nada que no fuera esto.

2 comentarios:

Carlos dijo...

Dinamismo, a veces confunde a veces simplemente te atrapa, apareciendo como estático. Saludos.

CHERIESOLEIL dijo...

Saludos Carlos. Gracias por tu presencia.